El refrán se basa en la idea de que, si cada persona espera que otra persona barre la casa, la casa nunca estará limpia. Por lo tanto, cuando una persona dice «Uno por otro, la casa sin barrer», está expresando que si todos esperan que alguien más haga el trabajo, nada se hará.

El refrán «Uno por otro, la casa sin barrer» se puede utilizar en cualquier contexto, pero es más común en situaciones informales. Por ejemplo, se puede decir de una situación en la que nadie quiere hacer un trabajo, o de una situación en la que nadie quiere asumir la responsabilidad de algo.