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El refrán «Quien mal anda mal acaba» es un dicho español que se utiliza para expresar que las personas que llevan una vida desordenada o que cometen malas acciones, suelen terminar mal.

El refrán se basa en la idea de que las acciones tienen consecuencias. Las personas que llevan una vida desordenada o que cometen malas acciones, suelen acabar siendo perjudicadas por sus propias acciones.

El refrán «Quien mal anda mal acaba» se puede utilizar en cualquier contexto, pero es más común en situaciones informales. Por ejemplo, se puede decir de una persona que ha sido arrestada por cometer un delito, o de un grupo que ha sido castigado por sus acciones.

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