Por muy mal que estén las cosas siempre pueden empeorar
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El refrán «Por muy mal que estén las cosas siempre pueden empeorar» significa que, por muy mal que estén las cosas, siempre hay la posibilidad de que se pongan aún peor. Se utiliza para expresar la idea de que hay que estar preparados para lo peor, incluso cuando las cosas parecen ir bien.
El origen del refrán se encuentra en la idea de que la vida es impredecible. En la antigüedad, la gente era consciente de que la vida podía ser dura y llena de dificultades. Por ello, era importante estar preparados para lo peor.
En la actualidad, el refrán se utiliza en un sentido más amplio para referirse a cualquier situación en la que las cosas parecen ir bien, pero que podría empeorar. Por ejemplo, si alguien está pasando por un mal momento, podría decir «Por muy mal que estén las cosas siempre pueden empeorar» para expresar que todavía no sabe lo peor.
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