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El refrán «Hombre romancero, hombre de poco dinero» significa que las personas que dedican mucho tiempo a la poesía, la música o otras formas de expresión artística, suelen tener pocos recursos económicos.

El origen del refrán se encuentra en la idea de que las actividades artísticas suelen ser menos lucrativas que otras actividades, como la agricultura, el comercio o la artesanía. En la antigüedad, las personas que se dedicaban a la música o la poesía, a menudo eran pobres o vivían de la caridad.

En la actualidad, el refrán se utiliza en un sentido más amplio para referirse a cualquier situación en la que alguien dedica mucho tiempo a una actividad que no le genera ingresos. Por ejemplo, si alguien es un artista que vive de las ventas de sus obras, podría decir «Hombre romancero, hombre de poco dinero» para expresar que su pasión por el arte le impide tener una vida acomodada.

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