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El refrán «El que con fuego juega se quema» significa que las personas que se exponen a situaciones peligrosas o arriesgadas, corren el riesgo de sufrir consecuencias negativas.

El origen del refrán se encuentra en la idea de que el fuego es un elemento peligroso que puede causar lesiones o incluso la muerte. En la antigüedad, el fuego era utilizado para cocinar, calentarse y defenderse de los animales salvajes. Sin embargo, también era un elemento peligroso que debía ser manejado con cuidado.

En la actualidad, el refrán se utiliza en un sentido más amplio para referirse a cualquier situación en la que alguien se expone a un riesgo. Por ejemplo, si alguien decide conducir a altas velocidades, podría decir «El que con fuego juega se quema» para expresar que está consciente del peligro que corre.

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