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El refrán «El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija» significa que las personas que se relacionan con personas influyentes o con buen carácter, suelen beneficiarse de su compañía.

El origen del refrán se encuentra en la idea de que los árboles grandes y frondosos ofrecen sombra y protección a las personas que se refugian bajo ellos. En el contexto del refrán, el «buen árbol» representa a una persona que es inteligente, amable, generosa o con algún tipo de influencia social o política.

En la actualidad, el refrán se utiliza en un sentido más amplio para referirse a cualquier situación en la que alguien se beneficia de la compañía de otra persona. Por ejemplo, si alguien trabaja para una persona influyente, podría decir «El que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija» para expresar que está aprovechando las oportunidades que le ofrece su trabajo.

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