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El refrán “A rey muerto, rey puesto” es una expresión popular en España que se utiliza para referirse a la idea de que tan pronto una persona se retira o es destituida, otra persona es designada en su lugar. Se relaciona con la idea de que nadie es imprescindible; con la naturaleza cambiante de la vida y con la diligencia y practicidad necesarias para responder a tales cambios.

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