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El refrán «A palabras necias oídos sordos» significa que no se debe prestar atención ni molestarse por comentarios ajenos e impertinentes que no buscan nuestro bien ni constituyen observaciones dignas de tener en cuenta.

El origen del refrán se encuentra en la idea de que las palabras de los necios son inútiles e incluso dañinas. En la antigüedad, la palabra era considerada un poder sagrado, y era importante usarla con sabiduría.

En la actualidad, el refrán se utiliza en un sentido más amplio para referirse a cualquier situación en la que se debe ignorar a alguien que está diciendo cosas tontas o ofensivas. Por ejemplo, si alguien te insulta, podrías decir «A palabras necias oídos sordos» para expresar que no te molestas por lo que dice.

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